miércoles, 23 de abril de 2014

Qué NO hacer cuando eres estudiante de Arquitectura...


Primero que nada, ¡no se queden dormidos encima de sus apuntes a mano alzada!
Y no, no me refiero a que ensucié mi camisa blanca y que mi mamá puso el grito en el cielo y me regañó, me refiero a que eché a perder mis apuntes babeando sobre ellos.


Y bueno, habiendo dado ese consejo inútil (porque todo estudiante de arquitectura debe quedarse dormido encima de sus planos por lo menos una vez cada entrega durante toda la carrera, así es como se da cuenta de que la ama) paso a dar uno que si les puede servir más: ¡No se deshagan de sus trabajos nunca! 

Suena dificil, sobre todo cuando ya no hay espacio en tu cuarto para caminar sin pisar alguna maqueta o cuando tienes que pasar todos los planos a tu cama para poder trabajar sobre el restirador y luego pasar todos los planos al restirador para poder dormir... ¡diario!
Bueno, pues déjenme decirles que vale la pena. Yo por ejemplo, de mi proyecto de "Taller de Arquitectura I", tengo únicamente esa foto de allá arriba, con bocetos que ahora apenas entiendo, y un par de fotografías de la maqueta que se han salvado de alguna forma pues también es usual perder los archivos digitales cuando se te muere tu computadora.
El proyecto era una casa habitación, y como era mi primer taller de arqutiectura en el que lo más importante es la propuesta visual, decidí arriesgarme utilizando planos angulares en losas y muros inspirado en la topografía de la ubicación, Ciudad Juárez, Chihuahua.
Otra cosa que no debes hacer es proyectar un edificio así si no estás dispuesto a quebrarte la cabeza buscando como solucionar los espacios interiores sin desaprovechar área por culpa de los ángulos cerrados, pero bueno, siempre es un reto lograr equilibrar exitosamente las venustas y utilitas sin antes ser regañado un par de veces por el titular del taller.

Un caso completamente diferente al de mi clase de Introducción al Proyecto Arquitectónico, en dónde propuse una casa habitación con espacios totalmente ortogonales con excepción de un par de cilindros que tampoco representan conflicto para solucionar interiores. Pues de este proyecto también me quedan sólo fotos de la maqueta, lo bueno es que era una maqueta desmontable y al menos de esta puedo ver los interiores. Antes de juzgarla, consideren que está fue mi primer composición arquitectónica en la vida.

Entre otros ejercicios de mi "Taller de Arquitectura I" que aún conservo documentados en fotografias son estas dos propuestas, una de casa estudio y una de casa habitación. Realizadas a mano alzada con lapices y maqueta volumetrica de cartón.

El punto es que llega el momento en la vida de todo arquitecto recien egresado, en el que tienes que hacer un atractivo portafolio, porque entre más atractivo, más fácil es conseguir un empleo y obviamente los únicos trabajos que tienes hasta ese punto son los proyectos realizados en la carrera y ¡sorpresa! no los tienes completos, están mal presentados, ya tiraste la maqueta sin tomarle fotos, tu sobrino la rompió, tu perro se la comió, los planos ya están doblados y arrugados en alguna esquina de tu cuarto, si es que aún están, las archivos digitales los perdiste en una memoria USB o se traspapelaron cuando cambiaste de computadora, etc, etc, etc...

Por eso es importante conservar documentar todos y cada uno de tus trabajos durante la carrera, son la mejor carta de presentación para los recién egresados. Podrán pensar que soy un arquitecto irresponsable y descuidado por no haberlo hecho, pero mi caso es el mismo de la mayoría de mis compañeros y es que en mi ciudad de origen el campo de trabajo para un arquitecto es en constructoras de vivienda masiva y naves industriales, lamentablemente el lenguaje arquitectónico de la ciudad es muy pobre y sin propuesta por lo que es muy raro que te pidan portafolio. Pero cuando te mudas a una ciudad como el Distrito Federal, en donde compiten los mejores despachos del país, TIENES QUE TENER UN BUEN PORTAFOLIO.

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